Sobre el ciclo Velocidad: Si la velocidad en el cine nació como propiedad intrínseca del dispositivo cinematográfico, las películas que muestran cuerpos en velocidad vuelven tema una cuestión estructural. Cuando la velocidad no es una decisión sino un imperativo, cuando los cuerpos están sometidos a lo fugaz, esa cualidad del movimiento determina la manera de mostrar y de mirar las imágenes. Las mujeres en este ciclo corren, se escapan: el tiempo es limitado y Berlín un laberinto que no ofrece refugios.

Sobre Run lola run (1998): La velocidad estructural: Lola corre por la ciudad para recuperar un dinero mientras la corre el tiempo, tiene sólo veinte minutos para encontrarlo.

La velocidad en la forma del relato, tres veces un comienzo, tres veces la misma historia sin ser la misma, el teléfono cae, Lola corre, el tiempo la corre, pero siempre con bifurcaciones, siempre con posibilidades distintas a la primera vez. Tres veces el relato que se nos presenta desmembrado, lagunoso, con incertidumbres. La repetición como posible rama de la velocidad, como aquello que, de tantas veces visto, de tan vertiginoso frente a nuestros ojos, pierde detalle y, por ende, perspicacia y certeza.